ACNUR alerta contra la creciente politización del problema de los refugiados.
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- 28 oct 2015
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GINEBRA, 8 de octubre de 2015 (ACNUR) - El mayor experto del ACNUR en protección internacional ha advertido hoy de los crecientes riesgos a los que se enfrentan las personas que huyen de la guerra y la persecución, y ha expresado la necesidad urgente de que los gobiernos de todo el mundo renueven su compromiso con los derechos humanos básicos y los principios del estado de derecho en los que se basa el sistema internacional de protección de los refugiados.
En un discurso pronunciado en Ginebra en la reunión anual del Comité Ejecutivo del ACNUR, en el que analizó las dificultades que se plantean a la hora de proporcionar protección a los refugiados y otras personas vulnerables bajo la presión de los casi 60 millones de personas desplazadas forzosamente en todo el mundo, Volker Türk, Alto Comisionado Asistente para la Protección, presentó un panorama preocupante, en el que, con demasiada frecuencia, las consideraciones relativas a la seguridad y los intereses nacionales falsean las consideraciones humanitarias y las relativas al derecho de asilo.
En su discurso, Volker Türk describió un panorama mundial agitado debido a la propagación de las guerras y los conflictos, a la progresiva reducción de los fondos destinados a misiones humanitarias, a la construcción de vallas o muros en algunos países para impedir la entrada de los refugiados, a la utilización de medidas disuasorias en otros para expulsar a las personas o simplemente enviarlas a los territorios de los países vecinos, a las lamentables condiciones de acogida y de vida que impiden a los refugiados permanecer donde están, a la detención de los solicitantes de asilo, incluidos niños, a la falta de escuelas para los niños y, a la falta de oportunidades de trabajar legalmente para los adultos.
Türk dijo que los rechazos, la construcción de muros, el aumento de las detenciones y la restricción del acceso, sumados a las escasas vías jurídicas para alcanzar la seguridad, nunca serán una respuesta adecuada. Y añadió que lo único que se consigue con ello es desviar los movimientos de refugiados hacia otras rutas y agravar la ya precaria situación imperante en las regiones involucradas en los conflictos. Y lo que es peor, esas medidas obligan a más personas que no tienen nada que perder a arriesgar sus vidas en peligrosos viajes con la esperanza de encontrar una situación segura y estable.
El fenómeno de las personas que llegan a un lugar de refugio y luego siguen desplazándose debido a la desesperación hacia otros, ha estado en el punto de mira en 2015 con la llegada por mar de más de 500.000 personas a Europa, Asia sudoriental y otras regiones. En el caso de Europa, muchas de esas personas han ido desplazándose desde los países en los que desembarcaron en un principio, a menudo con trágicas consecuencias. Las muertes en el mar y durante los viajes por vía terrestre de las que se tienen noticias son ya más de 3.000. Mientras tanto el tráfico de personas se ha convertido en una práctica muy extendida.

Volker Türk rindió homenaje a lo que él denominó las extraordinarias muestras de solidaridad y la oleada de apoyo por parte del público que hemos visto este año en Europa y en otros lugares en respuesta a esas llegadas masivas, también por parte de las organizaciones no gubernamentales, las organizaciones religiosas, los dirigentes políticos y los líderes espirituales, las personas particulares y las comunidades, incluidos los numerosos casos de personas que invitan a los refugiados a quedarse en sus casas o de turistas que atienden a las personas que necesitan atención urgente.
Pero también advirtió que, con el rápido aumento del número de refugiados y migrantes en Europa y el incesante incremento de desplazados forzosos en todo el mundo, el mayor desafío al que nos enfrentamos hoy es la política populista y los debates tóxicos y el miedo que generan.
“Estas ideas son a menudo alimentadas e inducidas por algunos medios de comunicación irresponsables, por la ausencia de liderazgo político y moral y por la xenofobia y el racismo”, dijo. “Lo que nos sugiere esta situación es que la principal crisis a la que nos enfrentamos actualmente es una crisis de valores, esos mismos valores que, en 1951, dieron origen a la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados tras las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial”.
El Comité Ejecutivo del ACNUR está compuesto por 98 Estados miembros, a los cuales Türk instó a hacer frente a estos desafíos con el mismo espíritu de unidad y voluntad política y con la atención y los recursos con los que se lograron superar anteriores crisis de refugiados internacionales a gran escala. Dijo que la ayuda también debe hacerse extensiva a los numerosos desplazados internos en todo el mundo, a las poblaciones afectadas, a los refugiados repatriados y a las personas apátridas en sus países de origen; el objetivo debería ser salvar vidas, garantizar la seguridad, aliviar el sufrimiento y restablecer la dignidad. También habló de la necesidad de establecer vínculos más estrechos entre las personas desplazadas y las comunidades que las acogen, que, si no reciben ayuda, se pueden ver fácilmente desbordadas. Y sobre todo, exhortó a los países a renovar el espíritu de colaboración al objeto de afrontar los problemas que, por su naturaleza, traspasan las fronteras y no pueden resolverse sin algo tan vital como la cooperación tan internacional.
“Es necesario redoblar los esfuerzos para garantizar que la protección, y en particular el derecho de asilo, continúen salvando vidas, no adopten un sesgo político y sigan teniendo un carácter fundamentalmente humanitario”, dijo. Y añadió que, la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 reconoce, en sus primeros párrafos, que la solución satisfactoria de los problemas de los desplazamientos forzosos no puede lograrse sin solidaridad internacional.
“Todo ello apunta a la laguna más grave a la que hoy debemos hacer frente en el ámbito de la protección, a saber, la necesidad de un pacto mundial sobre un reparto de cargas y responsabilidades predecible y equitativo. En un mundo tan agitado como el actual, necesitamos un sentido de ecuanimidad, decisión y confianza para hacer realidad ese pacto”, afirmó Türk.
El texto completo de la declaración escrita en la que se basa el discurso de Volker Türk puede encontrarse en aquí (en inglés).
Fuente: ACNUR.
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